Giovanni Battista Rubini

Desde pequeño su padre (que era cornista) le entregó una formación musical sólida, mostrando desde muy niño grandes y promisorias aptitudes musicales, ya a la edad de 12 años era corista y violinista en el Teatro Ricciardi en Bérgamo, hoy llamado Teatro Donizetti.

Hizo su debut profesional a los 20 años en Le lagrime d’una vedova de Pietro Generali en Pavia en 1814 con gran éxito.

Debutó luego en Venecia donde tomó contacto con el agente Doménico Barbaja con quien firmó contrato para aparecer En 1826 entró en contacto con Vincenzo Bellini con quien trabajó estrechamente y quien escribiera para él los papeles protagonistas de Bianca e Gernando (después Bianca e Fernando, 1826), Il Pirata (La Scala de Milán, 1827), La Sonnambula (Teatro Carcano de Milán, 1831) e I Puritani (Teatre Italien de París, 1835) donde el compositor exigía al máximo a su tenor predilecto escribiéndole un Fa5, la nota más alta escrita para un tenor en una composición.

El cantante poseía además una técnica de respiración y coloratura que le permitía lidiar con las composiciones más difíciles.

Se le considera junto con Manuel García el creador del bel canto italiano.