Se trasladó a España huyendo del antisemitismo nazi.
Se instaló en Barcelona, donde colaboró con Obradors, y actuó con el pianista Ricardo Viñes, precisamente en su último recital público, ocurrido en el Palacio de la Música Catalana en la Navidad de 1942.
Además de sus investigaciones sobre el universo sonoro sefardí en concreto, se interesó por el folklore de los distintos pueblos del mundo: cancionero español de la Edad Media, melodías tradicionales hasídicas o asquenazíes, y algunos cantos árabes y amerindios.
Su labor sirvió de orientación a músicos españoles como Eduardo Paniagua, Jordi Savall, Rosa Zaragoza, Paco Díez, Joaquín Díaz, María Muro, María Escribano, y grupos como La Bazanca, Raíces, A Ballare y el Trío Sefarad, entre otros.
Reunió en su tertulia madrileña a personajes como Camilo José Cela o escritores y poetas como José Hierro, Francisco Brines, Vicente Aleixandre, Antonio Buero Vallejo o Fernando G. Delgado, entre otros muchos.