Sixto IV nombra a Bartolomé Platina prefecto de la Biblioteca Vaticana

Hacia 1587 el papa Sixto V encargó al arquitecto Domenico Fontana que construyera un nuevo edificio, que todavía se utiliza en la actualidad, para albergar la biblioteca.

[1]​ Muestra al papa, visto levemente desde abajo, sentado frente a Bartolomeo Platina, que permanece arrodillado ante él.

En este sentido la obra es un gran "retrato de familia", monumental y celebrador, dentro del cual cada uno ocupa su lugar sin necesidad de interactuar con los demás, en el más absoluto silencio.

[1]​ Los perfiles de los personajes están exaltados por la grandiosa perspectiva que resulta de los imponentes pilares, los altos arcos y el estupendo artesonado azul y oro.

[1]​ Platina señala hacia una inscripción,[nota 1]​ redactada por él mismo, que exalta los logros de Sixto IV.