Sitio de Cúcuta

Una vez terminada la batalla de Palonegro y derrotados los revolucionarios, el general Próspero Pinzón reunió en Bucaramanga su Estado Mayor para elegir el general más destacado y encargarle el mando de las tropas que deberían ir a Cúcuta, a debelar las fuerzas revolucionarias que ocupaban dicha plaza, desde que el grueso de la revolución había pasado a Palonegro.Los efectivos que defendían el gobierno y que van al sitio de Cúcuta fueron los sobrevivientes de Palonegro excepto las guarniciones de Bucaramanga y Pamplona, y la división que se dejó a órdenes del general Próspero Márquez para ir a Cáchira e impedir al ejército del general Uribe, que andaba en Abrego, se dirigiera a Cúcuta y prestara ayuda a la revolución.Las divisiones completas que actuaron directamente fueron: la 3a al mando del general Aurelio Parra, con sus batallones Cúcuta, Chinácota, Páez, Pamplona, Pamplonita, Gramalote, Patriota, Canal, Arboledas n.º 1, Arboledas n.º 2, Girardot, Silos, Rifles, Toledo y Sucre.El batallón Gramalote se situó en la casa del crucero de la avenida 4a con calle 13.Entre los oficiales que traía estaban Rafael Oquendo, los capitanes Ibarra, Blasco, Valbuena, Bessony Marchens.Otros oficiales revolucionarios de diferente graduación fueron: Emilio Quintero, Abelardo Madariaga, Renato Rangel, Salvador López, Víctor M. Llanos, Ramón Arenas, José Moyano, Fructuoso Soto, Daniel Hernández Villamizar, Luis Garbiras, Rodolfo Garbiras, Luis Arámbula y uno de los hermanos Ararat.Para ello la idea fue de construir trincheras en las bocacalles y así resistir el enemigo.Estas fueron construidas a cada dos cuadras de las cuatro esquinas del parque Santander y en las bocacalles intermedias.La primera línea era la del duelo en la cual se ocultaban los soldados hundiéndose en fosas cavadas al pie de durmientes.El Coronel Juan Francisco Garay, jefe de la 1a Brigada, acompañado del Comandante Segundo Ruiz y sus oficiales, hizo una salida del fortín, para tomarse por asalto la Artillería, pero fue inútil su intento y varias las pérdidas que sufrió.Algunas mujer del pueblo subían a la torre para llevarles café y municiones, destacándose entre ellas una muy varonil llamada Carmen Jaimes.La familia Jordán, que también fue detenida, habitaba fuera de trincheras en la avenida 4a con calles 14 y 15.Pero al día siguiente el señor José Ignacio Vargas Vila y el coronel Manuel Valero les permitieron hacer traer de sus casas las prendas y enseres de uso personal, lo mismo que artículos alimenticios.Pero el general González Valencia no quiso tomar aquella medida, precisamente por consideración con las señoras prisioneras” “Corría la quinta semana del sitio y la rendición de la ciudad no se obtenía, firme como estaba el general Ruiz en resistir hasta el fin sin omitir sacrificio.Los asaltos continuaron sobre las trincheras de las avenidas 5a 6a y 7a hasta estrechar la revolución a la trinchera del parque Santander y a las del norte de la calle 8a En la noche del 15 de julio la revolución ante el estrechamiento a que había sido reducida y siendo imposible resistir por un día más, pues las municiones estaban agotadas, y las tropas defensoras se habían reducido a una tercera parte, no solo por el fuego enemigo sino por las enfermedades suscitadas en toda la ciudad sitiada, el jefe de la plaza general Benjamín Ruiz ordenó la evacuación hacia la media noche.El Estado Mayor encabezó la desocupación, y se ordenó al coronel Valero dirigir la retaguardia.El mayor Ignacio Andrade Berti fue recogido herido con grave cinturonazo en la cabeza, del cual logró curar.