El asedio de Barcelona del 827 fue un conflicto armado y asedio infructuoso durante la Revuelta de Aysun entre los condes autóctonos, apoyados por los musulmanes contra los dirigentes francos del Condado de Barcelona durante el siglo IX.
A principios del siglo VIII, cuando el reino visigodo fue conquistado por las tropas musulmanas del califato omeya, Barshiluna fue tomada en 718 por el valí musulmán de al-Ándalus, Al-Hurr ibn Abd al-Rahman al-Thaqafi.
Los visigodos legitimistas del poder de Toledo fueron expulsados y los sarracenos ocuparon el poder, pero en el siglo IX, con la Conquista carolingia de la Marca Hispánica, los francos llevaron sus propios condes y marqueses, que eran los visigodos expulsados, reapareciendo los conflictos entre los profrancos, que quieren constituir un poder superior, y los proárabes y autóctonos que se negaron.
Este territorio fue el escenario continuado de razzias y conflictos.
Al franco Rampón le sucedió Bernardo de Septimania que confirmaba la línea dura y foránea al frente de los condados de Barcelona, Gerona y Osona y significó el inicio del alzamiento de Ayxun ibn Sulayman ibn Yaqdhan al-Arabí[2] (Aysun) y Guillemó.