Sistema Monetario Europeo

Sin embargo, ni los tratados vigentes incluían tal posibilidad ni el sistema monetario internacional lo demandaba, ya que hasta ese momento había funcionado bien con un régimen de paridades fijas estable.

Debido a las tensiones del sistema monetario, la Comisión Europea presentó en 1969 el Plan Barre, cuyo principal objetivo era avanzar en el proyecto de una moneda única.

El SME nace con tres elementos específicos: Una moneda de referencia, el ecu, que se constituyó como divisa cuyo valor se calculaba efectuando la media ponderada de las monedas del SME.

El SME consiguió sus objetivos: una elevada estabilidad cambiaria en Europa -extendida a un área cada vez mayor- y, en parte como consecuencia de ello, una cierta convergencia nominal acompañada por un progreso gradual -pero imparable-, hacia la libre circulación de capitales.

Éste sentaba las bases de la UEM e indicaba un procedimiento y un calendario para su creación.

Algunas incertidumbres políticas sobre el proyecto provocaron en el SME una gran crisis durante 1992 y 1993.

[1]​ El SME duró hasta 1999, cuando fue sucedido por la Unión Económica y Monetaria (UEM) y los tipos de cambio de los países que ingresarían en la eurozona se fijaron frente a la nueva moneda, el euro.