Debido a que los sistemas reguladores de dos componentes abundan en bacterias y están ausentes en mamíferos, han sido propuestos como posibles blancos de fármacos que ataquen selectivamente a estos microorganismos.
[1] En el esquema básico de estos sistemas, una histidina quinasa recibe una señal (generalmente se trata de una proteína transmembranal que recibe un estímulo extracelular), lo que ocasiona que se autofosforile.
Después, este grupo fosfato es transferido por la proteína reguladora de respuesta a sí misma para modificar su actividad (generalmente se trata de un factor de transcripción que regula la expresión genética, permitiendo al organismo adaptarse en forma rápida a condiciones ambientales desfavorables[2]).
Esta reacción de fosfotransferencia que ocurre entre el estímulo y la respuesta constituye un paso regulador de la ruta, pues está adaptada a las necesidades del organismo.
Así, estos dominios pueden estar presentes en distintas combinaciones como parte de una histidina quinasa dada.