Modularidad

Por ejemplo, patrones gráficos, que se repiten en diferentes contextos desde logos, baldosas, productos y construcciones urbanísticas, que desarrollados desde una modulación reticular se permite la optimización de procesos y materiales, pero también del uso del producto, entregando una lógica clara al usuario.

Ejemplos más complejos pueden encontrarse en el desarrollo de productos, en donde sus componentes se interrelacionan ya sea física, mecánica o químicamente para trabajar juntos de forma clara y precisa.

En arquitectura por ejemplo, las casas son módulos en los conjuntos residenciales, pero también los ladrillos llevan el mismo rol en la formación de muros.

El diseño entendido como una práctica interdisciplinar, también emplea la modularidad en sus propios procesos, pues el desarrollo de un producto o servicio, siempre va a requerir del conocimiento y las prácticas de diferentes profesionales.

Visto de esta forma el diseñador es un articulador de conocimientos y habilidades, entendidas estas como módulos dentro del proceso creativo del diseño, bien sea que trabajen en etapas distintas o en las mismas.

En las últimas décadas, el diseño se ha logrado incorporar nuevas prácticas que van más allá del desarrollo de producto.

El llamado Phonebloks es un buen ejemplo de un diseño modular.