En el siglo IX, durante las guerras árabo-bizantinas, el Imperio bizantino utilizó un sistema de balizas para transmitir mensajes desde la frontera con el califato abasí a través de Asia Menor hasta la capital bizantina, Constantinopla.
En los espacios abiertos de Asia Menor central, las estaciones se colocaron a 96,6 km de distancia, mientras que en Bitinia, con su terreno más accidentado, los intervalos se redujeron a ca.
Basado en experimentos modernos, un mensaje podría transmitirse a lo largo de toda la línea en una hora.
De existir algún elemento de verdad en este informe, puede reflejar una reducción o modificación del sistema, tal vez debido al retroceso del peligro árabe durante su reinado.
Las partes supervivientes del sistema o uno nuevo pero similar parecen haber sido reactivados durante el reinado de Manuel I Comneno (r. 1143-1180).