Según el historiador romano Polibio, el telégrafo hidráulico fue utilizado durante la primera guerra púnica (264-241 a. C.) para enviar mensajes entre Sicilia y Cartago.
El sistema estaba compuesto por contenedores idénticos emplazados en colinas distantes.
Cada recipiente era llenado con agua y una varilla vertical flotaba en su interior.
Estas varillas tenían grabados una serie de códigos predeterminados.
Para enviar un mensaje, el operador de la estación emisora debía utilizar una antorcha para indicar al receptor que se disponía a transmitir.