Sus montañas son el resultado de la erosión diferencial de los ríos sobre materiales antiguos plegados, erosionados y levantados en bloque durante la orogenia alpina.
Este levantamiento reactivó el ciclo erosivo, que ha rebajado los materiales menos resistentes, dejando como cumbres los más duros.
Otro factor que puede haber contribuido al aspecto laberíntico de estas cordilleras de tipo apalachense, podría ser el cambio de dirección del río Guadiana, que en un pasado remoto al dirigirse aquí, probablemente se encauzase después al tajo.
La altura máxima de Guadalupe es 1601 metros, el pico Villuercas, aunque hay otras alturas que también superan los 1000 metros (Ballesteros 1342, Agudo 1092, etc.).
Guadalupe cuenta con dos zonas de protección natural, que han sido creadas recientemente, y un árbol singular.