El comportamiento sexual posterior se inicia con la secreción de hormonas por parte del hipotálamo y la glándula hipófisis anterior.
Las niñas tenían una asociación más negativa sobre cómo la actividad sexual podría afectar sus objetivos futuros.
En general, las niñas dijeron que sentían menos presión por parte de sus compañeros para comenzar a tener relaciones sexuales, mientras que los niños informaron sentir más presión.
[7] En 2002, se realizó una encuesta en naciones europeas sobre el comportamiento sexual de los adolescentes.
La conducta sexual entre adultos/adolescentes y adolescentes menores que la edad de consentimiento local generalmente es ilegal, a excepción de las exenciones por edades cercanas o en jurisdicciones donde solo es legal el sexo entre parejas casadas,[9] como en algunos países islámicos.
En muchas jurisdicciones, las relaciones sexuales entre adolescentes con una diferencia de edad cercana no están prohibidas.
Las relaciones sexuales con una persona menor de la edad de consentimiento son generalmente consideradas como un delito penal en la jurisdicción en la que se llevó a cabo el acto, con penas que van desde multas simbólicas hasta cadena perpetua.
Existen diversos términos para los cargos presentados, que incluyen estupro, conocimiento carnal ilegal o corrupción de un menor.
[14] Un ejemplo de cómo el género impacta la sexualidad se evidencia cuando las adolescentes expresan la creencia de que el sexo se utiliza como un medio para mantener relaciones cuando los chicos no están emocionalmente disponibles.
Este proceso conduce a menudo a que las jóvenes perciban sus cuerpos según la mirada de los demás, generando una sensación de desconexión con sus propios cuerpos y sexualidades.
[16] Otra investigación ha demostrado que las adolescentes se sienten cansadas de ser juzgadas por su comportamiento sexual debido a su género.
[18][19] Este autoconcepto sexual no solo ayuda a organizar las experiencias pasadas, sino que también proporciona un marco de referencia para sus pensamientos y experiencias sexuales actuales y futuras.
[18][21]En el caso de las niñas, aquellas con un autoesquema positivo tienden a mostrar actitudes más liberales hacia el sexo, se perciben como apasionadas y abiertas a la experiencia sexual, y califican las experiencias sexuales de manera positiva.
La educación sexual no se imparte de manera uniforme en todos los países.
Por ejemplo, en Francia, la educación sexual ha sido parte del plan de estudios escolar desde 1973.
[22] Además, el 92% de los adolescentes informan que desean hablar con sus padres sobre sexo y recibir educación sexual integral en la escuela.
[24][25] A partir de esto, se argumenta que los adolescentes jóvenes, en parte debido a estas características cerebrales en desarrollo, generalmente están menos capacitados que los adultos para tomar decisiones acertadas y anticipar las consecuencias del comportamiento sexual.
Robert Epstein sostiene que la "confusión adolescente", atribuida a las diferencias en la estructura y función cerebral entre adolescentes y adultos, es un fenómeno occidental relativamente reciente que está en gran medida ausente en las sociedades preindustriales.
Su razonamiento es que si la incompetencia e irresponsabilidad fueran realmente el resultado de diferencias cerebrales inherentes, entonces estarían presentes en todas las sociedades y culturas.
Según Charrow (1991), este evento marcó posiblemente la primera vez que se revocó una cantidad de financiación previamente otorgada.