En la zona sublevada su antagonista fue el Servicio de Información y Policía Militar (SIPM).[n.
Prieto se opuso en un primer momento, pues temía que éste cayera bajo la influencia de los comunistas españoles o soviéticos.
[17] Por ejemplo, en ese mismo año 245 detenidos fueron procesados y condenados a muerte por delitos de espionaje y sabotaje, aunque buena parte de las condenas no se llevaron a efecto.
[17] Influido por Alexander Orlov, el SIM llegó a utilizar los mismos métodos de tortura que la NKVD: Celdas en las que casi no cabía una persona, ruidos y luces fuertes, baños helados, etc.
[18] No obstante, su creciente independencia a la hora de actuar chocó en numerosas ocasiones con las autoridades republicanas.
Pero pronto se hizo evidente que él no era la persona adecuada para tal misión y fue rápidamente sustituido al cabo de poco tiempo por su segundo de a bordo, Prudencio Sayagües, quien a su vez fue pronto sustituido por el coronel Uribarri.
Este fue al principio leal al Ministro Prieto, pero pronto pasó a estar controlado por los comunistas, y permitió que el SIM se convirtiera en lo que Prieto temía, en una policía política comunista.