La Serrezuela se sitúa en la culminación de una muela que está formada por materiales carbonatados del Cretácico y del Jurásico, donde los elementos calizos y dolomíticos, que presentan características favorables para la disolución, originan en la serrezuela de Valsalobre, modelados kársticos, tanto endo como exokársticos, de gran importancia.
También resalta el alto valor intrínseco de esta Serrezuela, por su representatividad como modelo geológico y por la diversidad y gran desarrollo de los elementos geomorfológicos en ella albergados, ya que los procesos geomorfológicos, estructurales e hidrológicos que aquí se dan, son sumamente interesantes.
En este espacio se encuentra la sima conocida como Juan Herranz II, en la que existen galerías horizontales, lo cual es un fenómeno poco frecuente, aparte de salas en las que se encuentran una notable cantidad de espeleotemas.
La sima Juan Herranz II es la cavidad más importante de la Serrezuela, ya sea por su desarrollo horizontal, por la profundidad alcanzada en ella, así como por presentar en las galerías inferiores un curso activo.
Estas depresiones actúan como sumideros que conectan con la red endokárstica.