Con el paso de los años llegó a haber locomotoras asignadas a los depósitos de Granada, Córdoba-Cercadilla, Moreda y Huelva.
Una característica de estas máquinas era la ausencia de cubierta en el domo, lo que dejaba a la vista todos los tornillos.
Con la nacionalización de la red ferroviaria de ancho ibérico, en 1941, las locomotoras pasaron a formar parte de RENFE y fueron renombradas como «serie 240-2401 a 2050».
Estas locomotoras dieron un magnífico resultado, lo que les permitió prestar servicio hasta la desaparición del vapor en Andalucía, en 1967.
Su elevado número y el hecho de que circularan hasta época tan relativamente reciente, permitió que quedaran plasmadas en multitud de imágenes, alguna incluso en color, generalmente de autores extranjeros, que hoy podemos ver impresas en algunos libros como único recuerdo, ya que ninguna locomotora de esta serie sobrevivió al desguace general que siguió a la extinción de la tracción vapor.