Desde 1950 a 1962 fue estrella del Grand Ballet du Marquis de Cuevas con el que alcanzó fama internacional por su elegancia y brillantez técnica.
[2] Allí Golovine aprendió los fundamentos del ballet clásico y ya hacia 1940 contribuía a la economía familiar bailando con su hermana ocasionalmente en público en Niza o Montecarlo.
[3] En esta ciudad vio bailar a Jean Babilée con los Ballets de Cannes y le convirtió en su modelo artístico.
[4] La familia al completo se trasladó a París en busca de mejores perspectivas.
La nueva compañía que pronto empezó a actuar bajo el nombre de Grand Ballet du Marquis de Cuevas recibió a Golovine con los brazos abiertos y le colocó en la cabecera con estrellas internacionales como Rosella Hightower, George Skibine, Marjorie Tallchieff, Vladimir Skouratoff y otros.