Su versión más utilizada, el semáforo peatonal, permite a los peatones conocer cuántos segundos restan para cruzar la calle de forma segura.
Para solventar ese problema Gastaldi propuso incorporar a los semáforos existentes una cuenta regresiva, que brinda información precisa sobre el tiempo restante hasta el cambio de aspecto.
Gradualmente, ambas cuentas regresivas fueron implementándose en toda la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
[10][11][12][13] El semáforo con cuenta regresiva se instala sobre cualquier semáforo vehicular existente y en algunos casos, individualmente; luego de la instalación se muestra automáticamente el tiempo restante sin necesidad de ningún controlador especial.
Luego de la instalación sólo se requieren dos ciclos completos para calibrar el tiempo del contador.