Además, llevaron muchos más recursos en ganado y otras baratijas, por lo que pareció una presa interesante para el toqui.
Entonces, pensando que no eran muchos mapuches, Juan de Alvarado cargó con algo menos 50 jinetes y varios yanaconas.
Ante la aparición de muchos más conas escondidos desde las inmediaciones, Alvarado intentó retroceder.
Finalmente, Alvarado logró huir junto a los pocos españoles que quedaron en buques.
Por otra parte, dejó a los yanaconas defendiendo la ciudad, los cuales serían masacrados por las fuerzas de Lautaro.