[8] Se cree que secuestraron a las víctimas para enseñar la lengua y cultura japonesas en escuelas de espías norcoreanas.[7][4] También secuestraron a personas de mayor edad para obtener y suplantar sus identidades.Para facilitar la normalización de relaciones con Japón, Kim Jong-il admitió que Corea del Norte había secuestrado 13 ciudadanos japoneses y ofreció una disculpa verbal atribuyendo los secuestros a “alguna gente que quiso demostrar su heroísmo y temeridad”, evitando asumir la responsabilidad.Este error — deliberado o no — tensó aún más las relaciones entre Japón y Corea del Norte.[4] En una entrevista con policía japonesa, Yasushi Chimura y Kaoru Hasuike, dos de los secuestrados que pudieron volver a Japón en 2002, identificaron a dos de sus secuestradores Sin Gwang-su (conocido también como Sin Kwang-su) y un hombre conocido como “Pak”.[4] Aunque el entonces Secretario en jefe del Gabinete japonés Hiroyuki Hosoda comentó el 24 de diciembre de 2004 que “a no ser que se tomen rápidamente medidas honestas, no nos quedará más remedio que adoptar medidas drásticas”, haciendo alusión a posibles sanciones, tales movimientos no se han llevado a cabo por Tokio.[16] En respuesta a esto, el partido gobernante surcoreano, no queriendo dañar relaciones norte-sur, expresó su preocupación.[17] En 2004, la dieta japonesa aprobó dos leyes destinadas a restringir el comercio con Corea del Norte.El 16 de diciembre, esta oferta fue aprobada por la Asamblea General con 88 votos a favor, 21 en contra y 60 abstenciones.[19] En las conversaciones a seis bandas se ha establecido un grupo de trabajo sobre derechos humanos.[22] El gobierno Japonés reconoce oficialmente a diecisiete nacionales como víctimas de secuestros por Corea del Norte.Hitomi Soga también testificó que había ciudadanos de Rumanía y Tailandia entre los secuestrados.Estos ciudadanos estarían ofreciendo ayuda a los desertores norcoreanos y tras ser secuestrados fueron encarcelados en Corea del Norte.[32] Existe una polémica sobre si los restos de Megumi Yokota devueltos por Corea del Norte eran suyos o no.El gobierno japonés llevó a cabo pruebas y determinó que no lo eran.Asimismo, la técnica empleada, al parecer, ya no era usada profesionalmente en Estados Unidos debido a la facilidad con la que podía ocurrir una contaminación.Según el Ministerio de Asuntos Exteriores japonés, los restos no están disponibles para hacer más pruebas.