Sebastián J. Carner

Tras la revolución de 1868, se unió a los jóvenes que defendían en Barcelona la religión católica ante la campaña anticlerical.Durante la década de 1880 pasó a ser redactor jefe del diario carlista El Correo Catalán.Según Luis Carlos Viada y Lluch, en este periódico Carner tuvo especialmente a su cargo la sección de Dichos y Hechos, desde la que «aseteaba cuotidianamente a sus contrarios».[1]​ Cuando apareció en 1884 la revista católica La Hormiga de Oro, colaboró también con ella con artículos tanto doctrinales como amenos.[1]​ A principios del siglo XX colaboró asimismo en la revista Hispania.
Sebastián J. Carner