Ello no le arrebataría, empero, su afición a la poesía, que cultivó desde muy niño (sus primeros versos datan de 1876), y en 1884 dio a la estampa sus Ensayos poéticos.[1] En 1889 dirigió en Vich el periódico carlista La Comarca Leal;[2] y en 1894 en Sarriá el semanario El Sarrianés.[1] En su última obra, Los que no leen a Cervantes (1935), hizo un inventario de los verbos, adverbios, sustantivos y frases usadas en el Quijote.[10] Durante la Guerra Civil Española milicianos revolucionarios saquearon su domicilio, destruyendo gran parte de su documentación, manuscritos originales y correspondencia.[11] Fue gran amigo del poeta Jacinto Verdaguer, sobre el que dejó una biografía inédita.