Esta devoción es especialmente venerada en el suroccidente colombiano, sobre todo en el departamento del Cauca y en sectores aledaños a su ciudad capital, Popayán.
[3] La imagen representa a Cristo semidesnudo cubierto nada más por un perizonium tejido en hilos de oro y engastado en piedras preciosas.
Bajo sus rodillas esta la cruz que llevó acuestas hasta el Gólgota.
Su rostro refleja piedad y compasión con una actitud suplicante hacia el Padre Eterno Todopoderoso implorando el perdón para el mundo entero y la redención de la humanidad pecadora por medio de su sacrificio.
Es una de las Imágenes que más sale durante los desfiles sacros de la Semana Santa, junto con la del Santo Ecce Homo, ambas con tres salidas en las procesiones.