Max Scheler
[1] Tuvo «una educación bastante típica de finales del siglo XIX en un hogar judío inclinado a la asimilación y el agnosticismo».Apenas pasa otro año cuando Scheler se vuelve a mudar, esta vez a Jena, en cuya universidad enseñan los conocidos Häckel y Eucken (Rudolf Eucken había sido galardonado en 1908 con el Premio Nobel de Literatura).Pero en 1911 se ve obligado a abandonar esta ciudad debido a un escándalo promovido por su esposa —que le acusó públicamente de conducta inmoral por sus presuntos entendimientos amorosos con otras mujeres, y con quien rompe definitivamente— a resultas del cual la Universidad le retiró la venia docendi (autorización académica de carácter administrativo necesaria para impartir docencia regular en títulos oficiales).También en ese periodo su vida privada se estabiliza contrayendo matrimonio católico con Märit Furtwängler.[7] Pasada la guerra, la genialidad y el espíritu católico de Scheler resonaban ya en toda Alemania.En 1924 se divorcia de su esposa y contrae matrimonio civil con su alumna María Scheu.Es enterrado en Colonia, y poco después se publicaría su conferencia El puesto del hombre en el cosmos.Dicha estructura trascendental antecede a todo conocimiento objetivo o basado en la experiencia del sujeto, mostrando así la disposición natural con que cuenta la sensibilidad, el entendimiento y la razón, como dimensiones de la conciencia humana.Se verifica en la realización de los otros valores según su polaridad y jerarquía objetiva.Posteriormente se alejó del catolicismo y desarrolló una filosofía, basada en una concepción más bien hegeliana de Dios.Ahora bien, El conocimiento abstracto y los valores religiosos obtendrían toda su fuerza de realización en los impulsos básicos humanos.