[2] Desde ese lugar realizó una notable labor actualizando los programas de estudio y creando la carrera de maestra jardinera, que hasta ese entonces no existía en nuestro país.
También logró difundir el trabajo manual en las escuelas primarias para que los chicos desarrollen habilidades prácticas.
Una vez recuperado su hijo regresó con él ese mismo año para ya radicarse definitivamente en la Argentina.
Durante ese período de su vida continuó su labor en el ámbito de la educación inicial y fue designada delegada por el gobierno argentino en la conferencia mundial sobre kindergarten realizada en 1893 en Chicago.
Ese mismo año fundó la Unión Froebeliana Argentina con 103 asociados con el objeto de difundir los principios y ventajas de la educación inicial entre los docentes y madres del país.
Así es que cuando se funda la Unión Froebeliana, simultáneamente el director de la Escuela Normal de Paraná Enrique Carbó Ortiz afirmaría en sus memorias que el kindergarten había evolucionado para «llegar a lo que debe ser (…) un sistema de educación genuinamente argentino y no alemán o norteamericano».
Ese año asistió como delegada y responsable de la temática "Jardines de Infantes" al Congreso Pedagógico presidido por el doctor J. Alfredo Ferreira.
[2] Sus estudiantes levantaron un monumento sobre su tumba con la inscripción «Como la hiedra adherida al muro, o como la llama sagrada de las antiguas vestales, que no se apagaba jamás, así cumpliste tu misión maestra nuestra; y así nos legaste el fervor de tu alma.»[1] Vivió toda su vida dedicada a mejorar la educación de Argentina.