Santuario de Urkiola

La desproporción entre la enorme construcción de las naves inacabadas y el pequeño campanario del templo anterior llama la atención a los visitantes.

En las últimas décadas del siglo XX se realizaron diferentes reformas para rematar la inconclusa obra.

En sus inmediaciones hay abundantes restos arqueológicos y en su máxima altura, el Amboto, la mitología autóctona ha ubicado la residencia de su máxima figura, Mari numen principal de la mitología vasca precristiana.

La entrada del cristianismo no borró las creencias anteriores, que perduraron encarnadas en el nuevo credo.

Por ello, el sitio de Urquiola ha tenido desde siempre una fuerte expresión espiritual y religiosa.

Aun en ausencia de documentación o hallazgo arqueológico que lo respalde, se estima que la antigüedad del culto en ese lugar es anterior a la Edad Media y está ligada con la entrada del cristianismo en esas tierras.

El santuario de los Santos Antonios Abad y de Padua fue construido sobre un primitivo y simple eremitorio dedicado a San Antón, del que se tienen referencias escritas hacia 1212 al señalarse por la infanta doña Urraca las limosnas para dicho eremitorio.

Al lado del templo se había construido un hospital para dar servicio a los numerosos viajeros que circulaban por esta importante ruta, el cual tenía una cárcel y un nevero interior.

Durante la crisis social del siglo XIX se cerró el templo al culto y se trasladaron las imágenes de los santos a la iglesia parroquial de Abadiano, donde permanecieron cuatro años.

La más relevante, y que perdura hasta la actualidad, es la construcción de un campanario en 1870.

Unos años más tarde se ubica en Vitoria la capitalidad diocesana para todo el País Vasco.

Los responsables diocesanos deciden la construcción de un gran templo acorde a la importancia espiritual del lugar.

La nave central ancha y alta, las laterales reducidas a meros pasillos de tránsito.

En 1915 se inaugura la primera parte y en 1928 la segunda, quedando paradas las obras por su gran coste.

En cualquier caso, se efectúan reformas destinadas a rematar de forma más definitiva la inacabada obra.

Para este mismo fin también se deja limosna, papeles con notas, alfileres de colores, etc.

Vizcarra encontró la piedra en un monte próximo y, dada su extrañeza, la trasladó a un lugar de fácil acceso.

Para encontrar novio, se clavaban alfileres de cabeza blanca si se quería que el hombre fuera rubio y de cabeza negra si debía ser moreno.

Las ermitas, equidistantes del santuario y unidas por una calzada que coincide con el antiguo Camino Real, son:

Santuario de los Santos Antonios de Urquiola
Placa memorial de la consagración del Santuario en 1933
Aspecto de la parte posterior del templo: coro alto y órgano
Cabecera del templo; el lienzo fronta, tras el altar mayor, está decorado con un mosaico compuesto por más de 850.000 piezas
Santuario de los Santos Antonios de Urkiola, detalle del campanario.
Santuario de los Santos Antonios de Urkiola.
Paseo del Viacrucis con la ermita del Santo Cristo al fondo.