Construido en sucesivas etapas desde el siglo XI, la mayor parte de sus edificios religiosos datan del siglo XII.
Subiendo la escalinata se accede a un patio alrededor del cual están la basílica de San Salvador y siete capillas, una de las cuales alberga la imagen de Nuestra Señora de Rocamadour (una Virgen Negra del siglo XII).
[1] Según la leyenda, la espada que apareció inscrustada en las rocas sería Durandal, puesta por el propio Roldán para que no cayese en manos de sus enemigos.
Roldán partió de Rocamadour para atravesar los Pirineos, pero murió en Roncesvalles (resultando improbable la veracidad de esta leyenda).
Desde las restauración del Santuario, la semana mariana de septiembre es una celebración importante para los cristianos de los alrededores.