Pero durante la independencia y las guerras civiles había perdido toda su importancia.
También se les entregó en propiedad la estancia de Guasán, en el departamento Andalgalá.
Cuando su mandato se encaminaba a su fin, la Legislatura dio muestras de no aceptar su reelección, por lo que Nieva y Castilla la disolvió y llamó a elecciones para nuevos legisladores.
[2] Dos años más tarde, Nieva y Castilla intentó nuevamente perpetuarse en el poder, pero esta vez estalló una rebelión mucho mejor organizada, iniciada por el coronel Mauricio Guzmán, y a cuyo frente se puso el caudillo Eusebio Balboa.
Balboa se apresuró a reunir la Legislatura, que eligió gobernador al comerciante y funcionario Manuel Navarro.