Hasta el siglo XIX su nombre era Santa Ana de Vélez.
Sanctus es una modificación del vocablo sak que genera los sentidos de “honrar, reverenciar, respetar, estimar, venerar, glorificar, hacer inviolable algo por un acto religioso, establecer de una manera inmutable, ordenar, decretar, sancionar”.
El nombre Ana es de origen hebreo, Hannah, y significa “la benéfica”.
El municipio lleva esta denominación, ya que al parecer Santa Ana fue venerada por los habitantes para salvaguardar a la comunidad de los peligros, las calamidades y las enfermedades.
A mediados del año 1600 el municipio se convirtió en viceparroquia, sin párroco ni autoridades estables y alrededor del templo se realizaban las festividades populares religiosas asistidas por un párroco que se desplazaba desde Vélez para celebrar la misa los fines de semana.
A comienzos de 1693 bajo las órdenes del maestro Letrado Pbro.
La hacienda de autoconsumo fue la más generalizada en la región; solo algunas haciendas ubicadas en las márgenes del río Suárez y Lenguaruco, daban un dividendo lucrativo, debido al cultivo de algodón, el cual era vendido a los artesanos (obrajes) del Socorro y San Gil, para la confección de mantas, vestidos, alpargatas, costales y otros derivados.
La flora y la fauna es la típica del clima tropical medio por su ubicación geográfica en la cordillera central andina.