Se mejoró rápidamente y creció en la campiña normanda, en la granja Semallé, a una distancia de casi ocho kilómetros.Durante esta época desarrolla su gusto por la lectura, especialmente la que satisfacía sus necesidades de calma; historias caballerescas y apasionadas.Su carácter también cambia: a veces se enoja con María y pelea incluso con Celina, con quien siempre habían sido muy buenas amigas.En el locutorio del Carmelo, Paulina está preocupada por su hermana menor, a quien le ofrece asesoramiento y cariñosas reprimendas.Está pasando por una gran debilidad y, a pesar de que conserva toda su lucidez, no pueden dejarla sola.La mañana del fatídico día, después de una fuerte crisis, Teresa se levanta, y curada en apariencia milagrosamente, va con su familia al Carmelo.Al recibir el Espíritu Santo, la joven confirmada se deja maravillar por este «Sacramento de Amor», que, ella está segura, le dará la «fuerza para sufrir».Sus ataques de escrúpulos alcanzaron su clímax y ella no sabe ya en quién confiar ahora que María ingresó en el Carmelo.La solución llegaría cuando empieza a rezar espontáneamente a sus cuatro hermanos que murieron siendo aun muy pequeños (María Helena, José Luis, José Juan Bautista y María Melania Teresa); Ella les habla con sencillez, para pedirles que intercedan por la paz para su alma.Su padre le dijo que subiese a cambiarse para cenar y algo cansado le dijo a Celina: «Afortunadamente este es el último año en que suceden estas cosas.» Ella explica el misterio de esta maravillosa conversión en sus escritos.Para consolar a su hija que llora constantemente, Luis le promete un encuentro con el obispo monseñor Hugonin.Todo esto la invitó con más fuerza a ofrecer su vida en el monasterio, orando cada día por los sacerdotes del mundo.En ese lugar pide la gracia de ser martirizada por Jesús, y luego añadió: «Sentí profundamente en el alma que mi oración fue contestada».Ella les prohíbe a sus hermanas que le faciliten los trabajos o la ayuden de alguna manera, pues insistían en cuidarla como si estuviera en los Buissonnets.Esta meditación también la ayuda a comprender la situación humillante de su padre por la degeneración que le ha causado una terrible arterioesclerosis en el cerebro.La madre Inés se lo encarga a Teresa, que siempre ha soñado con tener un hermano sacerdote y lo recibe con gran alegría.Entonces comienza a multiplicar los pequeños sacrificios que ofrece para la misión del futuro sacerdote, y lo alienta en sus cartas.En septiembre de 1896 Teresa todavía experimenta muchos deseos, quiere abarcarlo todo en la Iglesia: apóstol, sacerdote, misionero, mártir y doctor.Leyendo las cartas de San Pablo, en la Primera Epístola a los Corintios capítulo 13, es iluminada en lo profundo, como un rayo que la atraviesa.La Madre María de Gonzaga la tranquiliza diciendo que siempre ha practicado la humildad, y su preparación ya está hecha.En América, el diario estadounidense The New York Times publica en primera plana «Toda Roma admira la Basílica de San Pedro iluminada por una nueva santa».A principios de julio, afectada por una fiebre cada vez más fuerte, ya no puede mantener firme su pluma y continuó con un pequeño lápiz.Es aplaudida por las Carmelitas que descubren su talento y ahora con frecuencia la solicitan para componer otras obras, teniéndola en cuenta como la "poeta de la comunidad".Al año siguiente, ella escribió y dirigió una pieza dramática con seis personajes disfrazados llamada Juana de Arco cumpliendo su misión.En la época de Teresa, marcada por la herencia jansenista, muchos pensaban que la santidad era reservada para algunas almas elegidas, viviendo impresionantes fenómenos místicos o haciendo grandes cosas.Fue su hermana Paulina quien agregó esta palabra para definir mejor su enseñanza sobre la humildad y el Abandono total, como un niño, en los brazos de Dios.Escribiría al respecto: Pasajes como este han dejado abierto el camino a la acusación de que su espiritualidad es sentimental e inmadura.Sin embargo, ella sigue creyendo en la infinita misericordia de Dios para con los que se entregan a Él.Su última carta al padre Bellière en agosto de 1897, termina con estas palabras: «No puedo temer a un Dios que se hizo tan pequeño por mí... Lo amo... ¡Porque Él solo es amor y misericordia!».Numerosos edificios religiosos, como santuarios, catedrales, iglesias y basílicas, han sido nombrados en honor de Santa Teresita en todos los continentes.
Teresita a la edad de 8 años
Santa Teresita a la edad de 13 años
Última fotografía de la santa antes de ingresar al Carmelo de Lisieux a los 15 años
Papa León XIII a los 93 años de edad
Fotografía de la santa, tomada por su hermana Celina, en 1896
Santa Teresita vestida como Juana de Arco. Detalle de una fotografía tomada por Celina en el patio de la sacristía en 1895.
Fotografía mortuoria de Santa Teresita de Lisieux
Modelo del estandarte utilizado durante su canonización en 1925
La Basílica de San Pedro iluminada con miles de cirios por la canonización de Teresa de Lisieux en 1925