Cada año se celebra un encuentro el día de San Felipe.
Aparece documentada por primera vez en 1316, donde se indica que disponía de varios altares.
Antiguamente, las paredes de la nave central estaban pintadas.
Las naves laterales tienen una cúpula decorada con guirnaldas y una moldura vegetal en el centro.
Una vez finalizada la restauración la ermita pasará a formar parte del Museo de Cerdanyola y se harán visitas concertadas una vez al mes.