Tanto la nave como el ábside son los originales, en cambio hay dos capillas laterales, la sacristía y una pequeña estancia cerca de la pila bautismal que corresponden a una modificación posterior.
Estaba decorado con una pintura románica que actualmente se encuentra en el Museo Diocesano de Barcelona.
A principios del siglo XX, la fachada se remodeló incorporando decoraciones neogóticas y ensanchando el campanario.
Las referencias al templo son numerosas durante todo el siglo XI, en 1082 es citado como parroquia.
Es en esta época cuando se realizó ciertas modificaciones que transformaron el aspecto original del edificio románico, añadiendo dos capillas laterales para darle forma de planta de cruz latina, cubriendo el ábside con un retablo, construyendo una sacristía y modificando la decoración interior, así como alzando la espadaña.