Poco después tiene un sueño en el que un anciano sacerdote la alienta a continuar su llamado en esa dirección.Después de las apariciones de la Virgen María que recibió en 1830 se dedicó a cumplir la misión que según ella le encomendó la Virgen: acuñar una medalla, alusiva a su Inmaculada Concepción.Su confesor había publicado un libro con todo lo referente a las apariciones pero nunca reveló el nombre de la bienaventurada que había recibido semejantes gracias por parte del Señor en la persona de su santísima madre.Los años siguientes a las apariciones los vivió como cualquiera de las otras hermanas de su convento, y como ya se ha dicho, se dedicó a oficios tales como barrer, lavar, cuidar a los enfermos y a los ancianos con inmensa misericordia, y en completo anonimato y sin desear la atención o el apoyo de los miles de devotos que ya portaban la medalla que gracias a ella se había elaborado, incluso recibió muchas humillaciones y maltratos por parte de hermanas suyas que sólo la consideraban como una monja más.Solo ocho meses antes de su muerte, cuando ya se encontraba muy anciana, enferma y agotada por los años de servicio a los más pobres y su antiguo confesor ya había fallecido, le reveló a su superiora que era ella la vidente de las apariciones en la capilla del Bac con todo detalle.Con ocasión de su beatificación en 1933 su cuerpo fue exhumado, y aunque habían pasado 57 años desde su fallecimiento, fue encontrado incorrupto.Catalina al principio dudó si se trataba de la Virgen o si era sólo un ilusión.Pero el ángel (el niño) le dijo a la futura Santa, enérgicamente: "Por ventura no puede la Reina de los Cielos aparecerse a una pobre criatura mortal en la forma que más le agrade?".Catalina, "pasé los momentos más dulces de mi vida; me sería imposible decir lo que sentí".La Virgen le dio a la joven consejos provechosos para su vida espiritual.Meses después, el 27 de noviembre, Catalina contó que la Virgen se le volvió a aparecer, durante sus meditaciones vespertinas.La propuesta fue aceptada, se fabricaron las medallas y llegaron a ser muy populares.
Cuerpo
incorrupto
de santa Catalina Labouré. Con tratamiento de cera, su cuerpo se encuentra en la Capilla de las Apariciones en la Rue du Bac (París).