Cristo de la Vera Cruz (Las Palmas de Gran Canaria)

[1]​ La primitiva y única imagen que recibía culto en la antigua ermita era la del Cristo de la Vera Cruz.

En palabras del cronista Domingo José Navarro Pastrana la efigie "era de cartón, bien modelada, y tenía la cabeza cubierta con cabello natural, cuyos bucles, cayendo sobre el cuello, al moverlos el aire, producían respetuoso temor".

Su perfecta anatomía, escuálida, sangrante le dan un vigor y dramatismo contenido.

Eran las tres principales imágenes a las que la isla recurría en momentos de rogativas.

[3]​[4]​ Así mismo, es también considerado el patrono del Ayuntamiento de esta ciudad.