Fue hostigada y asesinada en extrañas circunstancias a los 33 años de edad.
[1][2][3] En 1994 se radicó en Rosario y allí comenzó con su militancia sindical en la AMMAR (Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina), sindicato adherido a la CTA, del cual llegó a ser secretaria general de la delegación Rosario.
A partir de ese momento, a Cabrera se le dio custodia policial en su domicilio pero las amenazas no cesaron.
[1] Por su muerte, quedó imputado y detenido Diego Parvlusik, oficial inspector de la Policía Federal en Rosario.
El asesinato tuvo notable repercusión en la ciudad de Rosario y la provincia de Santa Fe, al punto que en el año 2010 fueron derogados los artículos 83, 87 y 93 del Código de Faltas provincial, que facultaban a la Policía a detener a las «prostitutas cuando hacen oferta pública y escandalosa de sexo», objetivo que Cabrera había perseguido durante su acción gremial.