En el camino desde el pueblo al manantial, se encuentra un típico ejemplo de un Sel (término de origen prerromano, es un lugar abrigado y limpio de maleza, acotado en círculo con piedras grandes, en el que se recogen por la noche los ganados que pastan en los montes).
Posee una antigua castañera muy famosa y de gran calidad.
que lo comunica con Los Llares con quien comparte el título Villa y ahora Pedanía.
Se encuentra dentro del escenario y teatro de operaciones de las Guerras cántabras, frente al castro cántabro del Cueto del Agua, y con el Castro de los Agudos (ver Castros en Cantabria) a unos 10 km al sur, junto al pico de Obios, al que se llega por el antiguo camino que lleva a la colindante Villa de Pujayo (vía Serruldá- Cueto Navajos-Alto la Rasía- Los Cantones).
Pasa entonces a ser una Junta vecinal manteniendo la milenaria tradición del Concejo abierto.
De la arquitectura del pueblo destaca su plaza, en la que pueden verse las típicas casas adosadas.
El conjunto es sencillo y rural, con encanto, típico de La Montaña.
La iglesia conserva un aire Románico y antiguo en consonancia con el tipismo del pueblo.
Como en otros muchos casos la Villa sufrió un fuerte despoblamiento el los años 60-70.
Logró conservar gran parte sus tradiciones y costumbres manteniendo su característico carácter montañés.
La Asociación La Serruldá se creó en 2007 para tratar de ayudar preservar y fomentar estas tradiciones.