Se encuentra a escasos metros de Santa María del Naranco.
En principio pudo estar dedicada a Santa María y San Miguel.
Se conserva únicamente el vestíbulo y el arranque de sus tres naves.
Sobre el primero se encuentra la tribuna real, flanqueada a ambos lados por dos pequeñas estancias.
Las naves están separadas por arcos que descansan en columnas, hecho inusitado por cuanto lo habitual en el arte asturiano es el uso del pilar como soporte.