San Carlos (Venezuela)

La ciudad ha tomado dinamismo con el desarrollo local de agricultura irrigada y mecanizada.

También se destaca el balneario de La Boca Toma situado a orillas del río Tirgua.

En la ciudad se encuentra La Blanquera, una casa colonial estilo barroco que funciona como museo, construida en el siglo XVIII por una apoderada familia ganadera de origen andaluz de apellidos Blanco y Salazar.

Una vez escogido el sitio adecuado, se procedió a la fundación y se nombró como justicia mayor del pueblo a Ventura Sánchez, quien había sido recomendado para el cargo por el prefecto de las Misiones fray Pedro de Berja, de acuerdo con la autorización real que se le concedía para llevar a cabo la fundación.

Durante esta guerra la ciudad pierde el sosegado ambiente colonial y se convierte en vibrante corazón de la libertad americana.

En Calabozo, el juez Briceño persuadió al asturiano para que contribuyera con alguna donación a la República, y este (sintiéndose tan criollo como si hubiera nacido en el Llano), voluntariosamente ofrece la más espontánea colaboración que para la causa patriota se recibiera hasta entonces: Ofreció contribuir con 50 lanceros pertrechados con sus armas y caballos.

La maliciosa acusación, momentáneamente ha surtido sus efectos, y el comandante de la plaza arresta al asturiano, llama a la guardia, lo manda encerrar en la cárcel, y sin juicio previo lo condenan a muerte; pero el señor Figueredo demostrando la inocencia del tendero, su honrada disposición a la causa patriota y la falsedad del escrito acusador, consigue que Boves sea puesto en libertad aquella misma noche.

Este incidente y la desconfianza demostrada por algunos mantuanos de la junta, repentinamente le enfrían al asturiano la simpatía que siente por la causa patriota; la rabia no puede contenerla, y José Tomás decepcionado vuelve a Calabozo.

José Tomás Boves todavía piensa en esa nueva patria que lo ha acogido, y queriendo ayudarla, ofrece capitanear los lanceros para atajar el avance de los realistas; pero su ofrecimiento es rechazado por los mantuanos que forman el patriciado llanero, quienes desconfiando del asturiano, descaradamente se mofan de él por considerarlo incapaz de atajar a los realistas.

El ensañamiento fue de tal magnitud que además se le castigó a recibir doscientos latigazos.

El vengativo juez Briceño, se frotaba las manos de ilusa alegría; nunca imaginó el tal juez, que aquella indebida condena, aquella afrenta y aquel injusto castigo aplicado al asturiano, le costarían a Venezuela desmadrados ríos de sangre.

En 1830 el heroico batallón Rifles fue disuelto en San Carlos quemando su oficialidad las banderas laureadas de Bomboná y Ayacucho.

La Blanquera de San Carlos.
Autodromo Internacional de San Carlos, Cojedes