Hoy en día es un plato muy propio de toda la costa andaluza, pero sobre todo, en las provincias de Huelva y Cádiz (donde se suele encontrar elaborado con marisco cocido).
Existen referencias literarias en autores como Covarruvias a finales del siglo XVI que definen en su diccionario: "“la carne picada y aderezada con sal”.
Algunos como Cervantes la hacen aparecer en su Don Quijote de la Mancha,[2] en el que al identificar los rasgos de Alonso Quijano, menciona lo que come a diario:
Otras referencias a este plato las hace el poeta español Francisco de Quevedo en su Obra Poética[5]
Se servía caliente decorado con unos pedazos de cebolla.