[2] Su nombre procede del latín salmo, que es como llamaban en la antigua Roma a estos peces.[3] En cuanto a la genética son parientes cercanos de los salmones y truchas del Pacífico (el género Oncorhynchus), y tienen una anatomía similar, aunque el análisis de ADN mitocondrial ha mostrado diferencias entre estos dos géneros.Se les atribuye la capacidad de volver al mismo sitio donde nacieron para reproducirse, y los estudios recientes muestran que al menos un 90 % de los salmones que remontan una corriente nacieron en ella.Los niveles de PCB (bifenil policlorinado) pueden ser hasta ocho veces más altos en los criados que en los salvajes,[6] y el contenido en omega-3 puede ser menor.Por otra parte, el salmón es uno de los pescados menos afectados por el mercurio (metilmercurio).[cita requerida] Entre las enfermedades causadas por su consumo se encuentra la aparición del Diphyllobothrium nihonkaiense.