Asimismo se podía usar en conjunto con un gorjal desmontable para proteger el cuello y la barbilla por separado.
Había la llamada descubierta, es decir, el casco de una pieza que deja libre el rostro y se prolonga por detrás, formando cumplida cubrenuca.
Igualmente se conservan celadas con cimera, ranuras laterales y agujeros para fijar el plumaje.
Aunque la celada fue el casco propio de los infantes del XV, también los caballeros las llevaron a la guerra, algunas ornamentadas y enriquecidas.
En el siglo XVI sufrió una modificación radical, pues el cuerpo principal del casco se hizo más alto, la cimera tomó importancia, la visera se hizo fija quedando levantada, disminuyó la cubrenuca y reaparecieron las yugulares.