El almete, además de ser más cómodo que el gran yelmo y el bacinete, tenía la ventaja de no descansar su peso sobre la cabeza.Encajaba sobre la gola que a veces lo acompañaba, y aunque su mecanismo resultaba complicado en comparación con otros tipos de yelmo medieval, no dificultaba la respiración ni la vista en exceso.l Los ejemplares que más perfectamente se ajustan a la forma de la cabeza y el cuello corresponden a los de mediados del siglo XV, normalmente desprovistos de ornamentación.Esta es la clase de cascos que predominaron en la península ibérica durante el siglo XV, y el más primitivo es el denominado almete de pico de gorrión, compuesto de sobrecalva y visera movible biselada, abriéndose el casco en dos piezas laterales para facilitar su colocación.A fines del siglo XV, se comenzó a decorar los almetes con grabados y damasquinados que alcanzaron su punto álgido en el siglo XVI, al comienzo del Renacimiento.El contenido de este artículo incorpora material del Diccionario enciclopédico popular ilustrado Salvat de los años 1906 a 1914, que se encuentra en el dominio público.