Este saladar se encuentra en la costa mediterránea, entre los términos municipales de Elche y Alicante, y cuenta con una superficie total de 208 hectáreas.
Desempeñó un papel importante en la producción de sal durante gran parte del siglo XX.
Este entorno propició condiciones ideales para la producción de sal marina, aprovechando la concentración salina del agua y los procesos de evaporación natural.
[1] A principios del siglo XX, las salinas fueron explotadas de manera sistemática y organizada.
Sin embargo, a pesar del abandono, el lugar ha adquirido un valor ecológico significativo.