Los machos más grandes registrados llegaban hasta los 187 cm de alto y pesaban 4,5 kg.
Se caracterizan por la peculiar forma de su pico (muy curvado hacia abajo, con una mandíbula ancha, y romo) que usan para filtrar del agua los pequeños elementos que componen su alimento.
Se alimenta de pequeños crustáceos, algas microscópicas, y demás componentes del plancton.
Remueven el fango con las patas y filtran el agua con el pico, con la cabeza invertida.
Como todos los flamencos, esta especie anida colonialmente y pone sus huevos en montículos de barro junto al agua.