Los primeros años de vida los pasó en Madrid, donde al igual que sus hermanas recibió una educación esmerada, pero tradicional, dentro del ámbito familiar.
[1][2] Tuvieron gran importancia en su educación los idiomas, dominaba el inglés, la lengua de la madre, y el francés, además del español.
[1] No obstante, Luisa permitió que sus hijas viajaran y residieran en la Corte largas temporadas, para seguir fortaleciendo las buenas relaciones que mantenían con importantes personalidades, tanto políticas como intelectuales del momento: la emperatriz Eugenia, Cánovas del Castillo y Próspero Merimée.
[3] A pesar de su importante labor comercial, y siempre según sus biógrafos, mostró siempre en público un perfil secundario respecto al de sus hermanos varones: ella prefería presentar su labor dentro del ámbito doméstico, ser la hija de la familia.
No obstante, su valor como empresaria fue reconocida por sus coetáneos, superando las reticencias que respecto a las mujeres en la esfera pública se tenían en la época.