[6][7] Colaboró activamente en los principales periódicos y revistas del archipiélago, como en la Revista de Canarias (1878-1882), La Ilustración de Canarias, el Diario de Tenerife, El ramillete literario, La Opinión...; y en sus últimos tiempos en el popular diario La Prensa de Tenerife, firmando sus escritos con su nombre completo, con sus iniciales y en algunas ocasiones bajo un pseudónimo como "Somar" (anagrama de Ramos) o "Chante-Clair".
[2] Su interés por la prehistoria de Canarias le llevó a explorar algunos yacimientos arqueológicos en Tenerife cuyos materiales remitió al Museo Arqueológico de Santa Cruz de Tenerife,[8] al Gabinete de Historia Natural de Madrid[9] y alguna vez entregó directamente a Sabino Berthelot.
[10] Se mostró partidario del evolucionismo, demostrando estar al tanto del pensamiento científico europeo (Gabriel de Mortillet, Charles Lyell, Charles Darwin...) pero desde una actitud crítica y positivista.
[7] Militó entre los liberales sagásticos -la izquierda dinástica- y desempeñó la jefatura del Comité Provincial de ese partido durante muchos años con gran acierto.
Durante su gestión, en diciembre de 1883, se llevó a cabo la inauguración y puesta en marcha del cable telegráfico,[11] esto es, la ansiada comunicación alámbrica con el resto del mundo.