Rosa Iribarren

Pertenece a la generación de pintores de Navarra nacidos a finales del siglo XIX y principios del XX junto a artistas como Emilio Sánchez Cayuela, Leocadio Muro Urriza, Karle Garmendia, Eugenio Menaya, Antonio Cabasés, Crispín Martínez, Juan Viscarret o Pedro Lozano de Sotés y su esposa Francis Bartolozzi, madrileña afincada en Navarra durante más de sesenta años.

Las primeras noticias que hay sobre su vida datan del año 1905 cuando en un medio local se le reconoció su “extensión y gran facilidad de palabra en su discurso”.

La artista decidió establecer su residencia en Madrid, pero sin olvidar nunca su tierra natal, dedicándose a ser copista para el Museo del Prado junto a Natalio Hualde, otro artista navarro establecido en la capital.

Entre las temáticas más recurrentes están los paisajes, los cuales se centran sobre todo en los campos de Navarra, y en menor medida en bodegones.

[4]​Posteriormente en el año 2023 se realizó una exposición de diferentes artistas navarros del siglo XX en el Museo Gustavo de Maeztu, en donde se podían apreciar distintas obras realizadas por Rosa Iribarren entre otros muchos artistas navarros.