Pertenece a la generación de pintores navarros nacidos en la segunda mitad del siglo XIX, como Inocencio García Asarta, Enrique Zubiri, Andrés Larraga o Javier Ciga.
[5] Poco tiempo después, en 1915, Hualde abandona la capital navarra para instalarse en Madrid, en donde vería más posibilidades de mercado artístico.
Dedicó esa segunda parte de su vida, desde 1915, a copiar obras del Museo del Prado para otros museos, embajadas y, muy especialmente, para el mercado americano.
Esa fue la salida que terminó por buscarse Natalio Hualde como medio económico para poder vivir del arte.
En esa faceta de copista logró un cierto renombre, manteniendo durante años un mercado amplio y seguro.