Esta romería reúne cada año entre 20.000 o 25.000 personas[2] entre vecinos de la comarca, foráneos y oriundos residentes en otras partes del país.
En los “rasos” se reúnen familias o grupos de amigos en los famosos "corros" o "chozos" degustando la gastronomía típica manchega, principalmente platos elaborados a base de cordero manchego.
Ya en el siglo XX y principios del XXI se ha consolidado como la celebración por excelencia de los bolañegos.
[5] Los cambios sociales y económicos han hecho evolucionar la fiesta.
Lo que antes era una comida en el campo donde se repartían caridades a los peregrinos que allí acudían, se ha convertido en una feria por su mayor duración y diversidad con atracciones infantiles, música o juegos florales etc.[6] En la romería también tienen hueco el folclore regional participando en diferentes actos con cantes y bailes tradicionales como jotas o seguidillas manchegas.
En el aspecto religioso, la romería es la principal celebración en la que los devotos aprovechan para cumplir las promesas ante la virgen, no es de extrañar ver a muchos devotos que acuden a pie al santuario, antiguamente también cumpliendo otros tipos de penitencias como procesionando junto a la virgen de rodillas o vistiendo la mortaja como prueba de haber superado un trance cercano a la muerte.
Posteriormente en 1443, el rey Juan II dictó una nueva disposición, concediendo a la Orden de Calatrava el paraje de la dehesa del Monte de la Moheda y la ermita ubicada en él, que albergaba a la Santísima Virgen del Monte.
Por la tarde, tras el rezo del Santo Rosario, se realiza la procesión de la Virgen en torno a las dos ermitas.