Las sospechas recaen sobre una organización secreta llamada los Libertadores que pretenden derrocar al emperador para reinstaurar la República.
Para ello, pretenden atentar contra Claudio cuando éste llegue a Britania.
En realidad no son los Libertadores los que están tras estas traiciones sino el tribuno superior de la segunda legión, Vitelio, que conspira para preparar su futuro político en Roma.
Cato y Macro conseguirán impedir el atentado al emperador pero las circunstancias harán que el verdadero conspirador, Vitelio, quede como un héroe y regrese a Roma junto al emperador como su salvador.
Finalmente, la Legio II Augusta al mando del legado Vespasiano, permanece en Britania con nuevas misiones que realizar.