Rojo y negro es una película española de 1942, dirigida por Carlos Arévalo.
En primer lugar, es llevada a la checa de las Adoratrices, donde es violada, y finalmente la trasladan a la checa de Fomento.
Cuando Miguel se entera de que está allí, corre en su coche a buscarla, pero al llegar descubre que hacía un cuarto de hora que se la habían llevado para fusilarla.
Corroído por el dolor, Miguel entabla un tiroteo contra una patrulla de milicianos, provocando con ello su propia muerte, para así volver a reunirse con su difunta amada.
El film destaca en lo fotográfico por el uso del claroscuro y por la reconstrucción de la checa de Fomento como un edificio en sección, en el que se muestran sus distintas habitaciones y pasillos en un plano secuencia.